[Miles de personas cruzan un río tras el terremoto de Afganistán; equipos de rescate continúan trabajando en zonas afectadas buscando sobrevivientes. Foto: Andina / Composición: RS]
Este sismo, uno de los más devastadores en décadas que ha afectado al país, golpeó especialmente las remotas y montañosas provincias de Kunar, Nangarhar y Laghman, fronterizas con Pakistán, donde las viviendas precarias de adobe y la limitada infraestructura agudizaron la tragedia.
El epicentro del sismo se registró a pocos kilómetros de la ciudad de Jalalabad, capital de Nangarhar, con una profundidad de apenas 8 kilómetros, lo que intensificó el impacto en la superficie. Varias réplicas siguieron al temblor principal, agravando la situación de las áreas afectadas. Según el portavoz del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, las brigadas locales y equipos de apoyo de otras provincias se movilizan para continuar con las tareas de rescate y apoyo a la población damnificada.
La provincia de Kunar reportó la cifra más alta de víctimas, con más de 800 fallecidos y unos 2,500 heridos. Las zonas rurales de esta región, caracterizadas por viviendas hechas de barro y paja sin refuerzos sísmicos, sufrieron daños severos que provocaron el colapso de hogares, escuelas y mezquitas. Además, deslizamientos de tierra y daños en carreteras han dejado a numerosas aldeas aisladas, dificultando la llegada de ayuda humanitaria.
Los hospitales regionales, como el de Asadabad en Kunar, trabajan al límite de su capacidad, recibiendo a cientos de heridos, muchos en estado grave. Helicópteros movilizan a pacientes hacia centros sanitarios en ciudades cercanas, mientras que autoridades y organismos internacionales, incluyendo la ONU y la Media Luna Roja afgana, coordinan asistencia médica, alimentos y refugios temporales para las miles de personas afectadas.
La situación es especialmente crítica para miles de niños y familias vulnerables que han perdido sus hogares y medios de subsistencia, y que enfrentan ya las condiciones difíciles del invierno próximo. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha advertido sobre la urgente necesidad de protección y apoyo para estos grupos.
Geológicamente, Afganistán forma parte del cinturón Alpino-Himalayo, una zona altamente sísmica donde las placas tectónicas de India y Eurasia colisionan, generando frecuentes terremotos de gran magnitud. La precariedad de la infraestructura y décadas de conflicto han dejado al país en una situación de vulnerabilidad ante desastres naturales como el ocurrido.
Este desastre se suma a la lista de episodios sísmicos previos que han dejado miles de víctimas y destrucción, resaltando la necesidad de fortalecer los sistemas de prevención, alerta temprana y resiliencia en la región. Las autoridades talibanes han asegurado que se emplearán todos los recursos disponibles para mitigar los efectos y apoyar a las comunidades.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ha subrayado que esta tragedia se suma a las ya graves crisis que enfrenta Afganistán, incluyendo el retorno de millones de afganos desde países vecinos y la inseguridad generalizada. Hizo un llamado urgente a la comunidad de donantes y gobiernos para que apoyen los esfuerzos humanitarios sin demora.
La cooperación internacional es crucial para responder a esta emergencia compleja, y organizaciones no gubernamentales junto a agencias de la ONU trabajan coordinadamente para proveer refugio, atención médica, alimentos y soporte psicosocial a las familias afectadas. A pesar de las dificultades logísticas, la movilización global busca evitar una crisis aún mayor.
RADIO SENTIMIENTO
Redactado por Lucero Falcon

