El nombre de Juan José Ponce Félix, conocido en el mundo del narcotráfico como “El Ruso”, ha vuelto a sonar con fuerza en la prensa internacional tras el anuncio del Departamento de Estado de Estados Unidos, que ofreció una recompensa de cinco millones de dólares por información que permita su captura. Considerado uno de los principales sicarios y líderes del cártel de Sinaloa, “El Ruso” se ha consolidado como un personaje clave dentro de la estructura criminal que continúa expandiendo sus operaciones en México y en territorio estadounidense.
Según las autoridades norteamericanas, Ponce Félix es el fundador y líder de “Los Rusos”, el brazo armado más importante de la facción La Mayiza, grupo que se ha posicionado como una de las subdivisiones más violentas y estratégicas del cártel de Sinaloa. Desde allí, coordina operaciones vinculadas al tráfico de drogas sintéticas y tradicionales hacia Estados Unidos, especialmente fentanilo, cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana, sustancias que generan millonarias ganancias para la organización.
El impacto de estas drogas, sobre todo el fentanilo, es considerado uno de los mayores problemas de salud pública en Estados Unidos. De acuerdo con cifras oficiales, las sobredosis relacionadas con este opioide sintético han causado decenas de miles de muertes en la última década. Por ello, Washington ha endurecido sus medidas contra las redes de narcotráfico, colocando a líderes como “El Ruso” en lo más alto de sus listas de objetivos.
El comunicado del Departamento de Estado también subraya que, durante los últimos diez años, Ponce Félix ha enfrentado acusaciones en los distritos Central y del Sur de California por crimen organizado, tráfico de drogas, armas de fuego y lavado de dinero. Estos antecedentes judiciales refuerzan su perfil como un criminal de alto nivel, responsable de mantener viva la estructura del cártel de Sinaloa pese a la captura y extradición de figuras históricas como Joaquín “El Chapo” Guzmán.
En un contexto político más amplio, el expresidente Donald Trump designó a diversos carteles latinoamericanos como organizaciones terroristas, lo que permite a Estados Unidos ampliar su margen de acción, incluso considerando operaciones militares. Esta postura marcó un precedente en la política antidrogas estadounidense, generando tensiones con México, que ha rechazado reiteradamente la participación militar extranjera en su territorio.
Aunque varios jefes del cártel de Sinaloa cumplen condenas en cárceles estadounidenses, la organización sigue operando con fuerza a través de nuevas generaciones de capos y estructuras logísticas transnacionales. “El Ruso” representa esta continuidad: un líder que, a pesar de no tener la notoriedad mediática de “El Chapo”, mantiene un control férreo sobre rutas de producción, transporte y distribución de estupefacientes.
México, por su parte, ha recibido ofertas de ayuda militar por parte de Estados Unidos, pero sus autoridades insisten en que la solución al problema del narcotráfico debe incluir una estrategia conjunta que no solo ataque la producción, sino que también enfrente la demanda de drogas en el mercado estadounidense.
La figura de “El Ruso” simboliza la resiliencia del crimen organizado en la región: un capo que opera entre las sombras, protegido por redes de violencia y corrupción, pero que ahora enfrenta una presión internacional cada vez más intensa, con una recompensa millonaria que podría marcar el inicio de su caída.
RADIO SENTIMIENTO
Redactado por Bethzabel Chavez

